¿Qué hay saber sobre el transporte de mascotas en el coche?

Si tenemos mascotas, da igual que sean perros o gatos, tarde o temprano tendrán que subirse al coche por cualquier motivo como un viaje en familia o una visita al veterinario. En todos los casos, los animales deben ir bien acondicionados en el interior del vehículo a través de los sistemas de anclaje y carga homologados para que no se produzcan situaciones peligrosas para conductores y animales.

Resumen:

Gato transportado en coche

Peligros de llevar un animal suelto

Un vehículo no es un espacio natural ni confortable para los animales. Estos pueden sentirse nerviosos por la falta de espacio y confundidos y mareados por el movimiento. De ahí que puedan tener conductas inapropiadas en el interior del vehículo, por lo que llevar a un animal suelto es siempre algo que hay que evitar.

Hay que hacerlo porque, en primer lugar, el animal puede acudir al lugar del piloto haciendo que este pierda la concentración en la carretera e incluso obstaculizando la maniobrabilidad que el conductor debe tener en su puesto. De ahí que haya que eliminar este riesgo.

Pero también hay que hacerlo por motivos de seguridad en caso de accidente. Un animal no sujeto en un coche saldrá despedido en caso de accidente. Las consecuencias para la mascota pueden ser mortales en la mayoría de los casos, pero incluso puede convertirse en un peligro para el conductor si su cuerpo impacta contra el respaldo del asiento de este o de cualquier otro pasajero.

En esta última situación, no hay que pensar que los animales pequeños no tienen este riesgo, y es que incluso los perros pequeños y los gatos, cuyo peso no suele pasar de los 5 kg, pueden impactar con una gran fuerza en caso de accidente.

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Arneses de sujeción

Una de las opciones para transportar mascotas en el interior del vehículo es la de los arneses que se anclan a los cinturones de seguridad de cualquier vehículo. Estos arneses irán unidos en un extremo a la mascota y en otro al cinturón dando poca movilidad para que el animal no pueda moverse por el habitáculo.

Los hay tanto de un punto de anclaje como de dos. Los primeros están completamente desaconsejados por el riesgo que tienen de que el animal salga despedido en caso de accidente. Los segundos, los que tienen dos puntos de anclaje, sí son más aconsejables, aunque también pueden entrañar algún riesgo como el impacto con los asientos delanteros.

En todo caso, el animal debe ir anclado a los asientos traseros para evitar que entre en contacto con el conductor durante la marcha.

Perro sujetado con arnés

La opción de los transportines

Mucho mejores son los transportines, cajas destinadas a meter en su interior a los animales para facilitar su transporte. Los hay de todo tipo para los vehículos, por lo que conviene siempre elegir aquellos que cuenten con las condiciones necesarias para el animal que lo va a usar.

Los más pequeños son los que están pensados para perros de no más de 10 kg y para gatos. Por sus características, el mejor lugar para colocar este tipo de transportín es en el suelo del vehículo, ya que no se moverán y el animal no se mareará al no ver el exterior.

Los más grandes, especialmente pensados para perros de gran tamaño, deben colocarse en el maletero del coche desinstalando la bandeja que oculta este para que el animal pueda respirar y no se sienta completamente encerrado mientras se le está transportando.