Girar el volante es una de las acciones más básicas cuando se está conduciendo, es esencial. Sin embargo, una tarea de tal importancia suele pasar desapercibida, y, muchas veces, incluso se ignoran los consejos básicos para llevarla a cabo de forma adecuada. Por tanto, conviene que repasemos de cerca algunos aspectos básicos de la conducción para tener clara la importancia de girar bien el volante.

Índice de contenidos:

Maniobra de giro el volante

La posición al volante

Lo primero y fundamental a la hora de agarrar el volante es saber la posición en la que hay que situar las manos y el cuerpo.

El cuerpo debe ir pegado al respaldo del sillón, dejando que los brazos queden ligeramente flexionados para que no resulte incómoda la conducción.

Una vez que el cuerpo está correctamente colocado, llega el turno de las manos. La posición de éstas es clave, ya que una mala postura resulta perjudicial para girar el volante de forma adecuada, y no solo eso, sino que puede darnos dolor de espalda a largo plazo.

La DGT aconseja ver el volante como si fuera un reloj y colocar las manos en la posición que marcaría las 10:10. El motivo es muy sencillo: con las manos puestas en esta posición, se pueden conseguir giros del volante para ambos lados de forma natural y sin demasiado esfuerzo. Este precisamente es justo el objetivo de coger el volante de la forma correcta.

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¿Cómo girar el volante?

Una vez que se tiene la postura correcta, llega el momento de saber cómo se debe girar el volante de forma adecuada.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que el volante nunca se debe girar bruscamente, especialmente cuando se conduce a altas velocidades.

En ciudad, es posible que a veces sea necesario realizar giros cerrados, lo que implica un desplazamiento mayor del volante. Esto siempre se debe realizar a bajas velocidades, y suele venir determinado en buena medida por el entorno.

Como hemos dicho, a altas velocidades, en autovía o autopista, los giros del volante deben ser suaves y muy progresivos para adaptarse sin problemas a los movimientos del coche en la carretera. No hacerlo puede conllevar serios problemas en la conducción, como los derrapes o los movimientos de carril involuntarios, situaciones que son realmente peligrosas cuando se conduce.