Los vehículos con cambio manual de marchas tienen la peculiaridad de tener diferentes marchas en dependencia de lo que se necesita conseguir del motor. En este caso, la mayoría de los vehículos suelen tener 5 o 6 marchas principales sin contar la marcha atrás y el punto muerto, que son comunes a todos los modelos.

El uso de cada una de las marchas dependerá del momento y de lo que se necesite, ya que el vehículo responderá de formas diferentes dependiendo de la relación de marchas que se emplee.

Índice:

Palanca de caja de cambios manual

La división de las marchas

Para hablar con propiedad de marchas cortas debemos saber lo que estas vienen a significar dentro del conjunto que forman las marchas de un vehículo. Las cortas van a ser siempre las marchas que van desde la 1 a la 3, siendo la 4 y 5 las que componen las conocidas como marchas largas.

Pero, ¿por qué se conoce a estas marchas como cortas? Cualquiera que se haya puesto a los mandos de un vehículo sabrá que la marcha 4 y especialmente la 5 están pensadas para conducir a altas velocidades manteniendo el motor al mínimo de revoluciones posibles y que, por lo tanto, son marchas que se van a usar durante largos periodos de tiempo sin que haya cambios, de ahí que sean conocidas como largas.

Por el contrario, las marchas cortas tienen propósitos muy concretos y recorridos de poco tiempo, ya que revolucionan mucho el motor e impiden alcanzar altas velocidades. El objetivo de estas marchas es dar a las ruedas mucha potencia y tracción en detrimento de la velocidad.

De ahí que estas marchas no se puedan mantener mucho tiempo de forma continuada y que, por lo tanto, sean conocidas como cortas por el breve lapso de tiempo en el que se van a emplear.

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¿Cuándo se usan las marchas cortas?

Siempre que sea necesario alcanzar un extra de potencia y fuerza en el vehículo sin que haya que circular a altas velocidades. Por ejemplo, el arranque desde el punto muerto se debe hacer con la marcha 1, ya que está pensada justo para este objetivo.

También son estas las marchas que hay que emplear cuando se circula a velocidades tan bajas como los 30 km/h o menos. En estos casos, los vehículos deben moverse entre la 2 y la 3 siendo estas marchas ideales para acciones como la búsqueda de aparcamiento o la circulación en atascos.

Asimismo, habrá que usar las marchas cortas cuando exista el riesgo de que el vehículo se venga abajo, algo que sucede en cuestas pronunciadas y en entornos similares.

Vía principal de una ciudad en la que hay mucho volumen de tráfico

Motivos para no abusar de las marchas cortas

En el momento en el que las condiciones permitan subir de marcha y alcanzar las largas, se deben abandonar las marchas cortas sin la menor duda.

En primer lugar, estas marchas revolucionan el motor de una forma muy alta, algo que no es nada bueno para la mecánica en general del vehículo y que puede suponer la aparición de averías a largo plazo si no se tiene el suficiente cuidado.

Por otro lado, el consumo de combustible aumenta de forma exponencial a la revolución del motor. De esta forma, si se circula en marchas cortas todo el rato, el gasto en gasolina crecerá de forma alarmante alcanzando unos niveles que ningún conductor desea alcanzar. Y, por último, las emisiones contaminantes también se elevarán considerablemente.