Inmovilización de vehículos por alcoholemia

Las altas tasas de alcoholemia son una causa de accidentes muy importante en España, mientras que las pruebas de alcoholemia son muy temidas por los conductores.

En este artículo hablaremos de la inmovilización de vehículos por alcoholemia.

Conductor bajo los efectos del alcohol

¿Qué es la tasa de alcoholemia?

La tasa de alcoholemia representa la cantidad de alcohol que llevamos en el torrente sanguíneo, y que se puede medir en sangre o en aire expirado.

A efectos prácticos, esta tasa alcanzará su pico máximo a los 60-90 minutos de beber alcohol por última vez.

Las variables que condicionan la tasa de alcoholemia de una persona son:

  • La cantidad de alcohol que se haya ingerido.
  • El tipo de alcohol.
  • La rapidez con la que se haya bebido.
  • Si se ha comido o no.
  • El peso de la persona. A menor peso, más efecto tiene el alcohol.
  • El sexo de la persona. Las mujeres tienden a dar una tasa de alcoholemia mayor habiendo bebido lo mismo que un hombre.
  • La edad. Los menores de 25 años y los mayores de 60 tienen a verse más afectados por el alcohol.
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¿Cuáles son las tasas máximas de alcoholemia?

Administrativamente hay unas tasas máximas de alcohol en sangre a partir de las cuales, los conductores quedan expuestos a multas y sanciones. Las tasas máximas permitidas son las siguientes:

Tabla con los límites de alcohol en sangre

Efectos del alcohol en la conducción

Los efectos del alcohol en la conducción son siempre negativos, e incluyen:

  • Disminuyen los reflejos.
  • Procuran una sensación de excitación y se sobrevaloran las capacidades.
  • Aumenta el tiempo de reacción del conductor, aumentando por tanto la distancia de frenado.
  • Reduce la capacidad visual y aumenta la sensibilidad a la luz.
  • Aumenta la irritabilidad del conductor.
  • Produce somnolencia por ser una droga depresiva.
  • Reduce la memoria y la capacidad de concentración.
  • Se producen alteraciones respiratorias.
  • Aumenta la resistencia al dolor.
  • Se reduce la capacidad auditiva y de habla.
  • Los movimientos motores del conductor se entorpecen.
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La obligación de someterse a la prueba

Como los efectos que produce el alcohol son el cóctel perfecto para tener un accidente, todos los conductores están obligados a someterse a una prueba cuando se lo pide un agente, ya sea de manera aleatoria, o porque han visto cosas raras en la conducción. También estarán obligados los peatones que se hayan visto envueltos en un accidente.

Las pruebas de aire expirado se realizan con unos dispositivos llamados etilómetros, que coloquialmente se conocen como alcoholímetros.

Si la primera prueba saliese positiva, el conductor o peatón tienen derecho a repetirla a los 10 minutos. Si saliese positiva por segunda vez, el conductor podría pedir que le hicieran una prueba de sangre. Los gastos de dicha prueba recaerán sobre el conductor si sale positiva, o sobre la administración si fuera negativa.

Al hacerse la prueba y dar positivo, las sanciones pueden tener dos vías.

Vía administrativa

Si la tasa queda por debajo de los 60 gr/litro de aire expirado o 1.2 gramos/litro de sangre, la sanción va por vía administrativa, siendo considerada muy grave. El conductor tendrá que pagar alrededor de 500 euros y perder puntos del carnet.

Vía penal

Si la tasa es más alta de los 60 gr/litro de aire expirado o 1.2 gr/litro de sangre o si el conductor se niega hacer la prueba, la sanción será por vía penal, lo que puede resultar en multas, penas de cárcel, servicio a la comunidad, o privación del derecho a conducir de 1 a 4 años. Todo depende de otros daños colaterales, como si se han causado accidentes y de qué magnitud.

Al tratarse de la vía penal, se celebrará un juicio en el que el afectado va a necesitar un abogado. Por lo general estos juicios son juicios rápidos en los que el conductor reconoce su delito, y por lo tanto la pena se ve rebajada hasta un tercio. Por lo general las penas se quedan en unos 8 meses de privación del carnet y una multa económica (si no ha habido víctimas o muertes).

Agente de tráfico

La inmovilización del vehículo tras la prueba de alcoholemia

Por lo general, si el conductor va acompañado por otro conductor, y éste da negativo en una prueba, se le dejará conducir al acompañante.

Cuando un conductor ha dado positivo en una prueba y no haya nadie que pueda conducir el coche, los agentes tienen el derecho a inmovilizar el vehículo y hacer que sea llevado al depósito municipal de vehículos (si hay varios en el municipio, se deberá indicar cuál) con el objetivo de que el conductor no pueda causar accidentes. Es decir, no tiene por qué haber otro motivo de inmovilización que ataña al vehículo en sí.

Los gastos del depósito serán abonados por el conductor.