¿Qué es una carretera convencional?

Las carreteras convencionales son las vías más comunes en la red de carreteras de España, y la vez donde más accidentes se producen. Por eso hay que conocer muy bien cuáles son sus características y qué normas hay que seguir cuando se conduce en ellas.

Índice:

Carretera convencional.

¿Qué es una carretera convencional?

Una carretera convencional es cualquier vía fuera de poblado que no sea autovía, autopista o vía para automóviles. Estas carreteras no urbanas tienen doble sentido de circulación en la misma calzada, es decir, no tienen una separación física que divida las calzadas, a diferencia de las autopistas y autovías.

Las carreteras convencionales podrán tener más de dos carriles en cada sentido de circulación, pero siempre sin separación física.

¿Para qué se usan?

Las carreteras convencionales son vías por las que pueden circular todo tipo de vehículos. Conectan localidades que no están unidas por autopistas y autovías para garantizar el acceso a la red de carreteras desde todas las localidades de España.

Estas carreteras son importantes porque conectan comunidades que no tienen enlace con autopistas o autovías y además permiten el transporte de vehículos por todo el país, incluidas comunidades rurales. Tienen distintos niveles autonómicos, para identificar las más importantes.

¿Cómo se diferencia de una autopista y autovía?

Como hemos comentado anteriormente, las carreteras convencionales no tienen una separación física en modo de separador o mediana, por ejemplo. Debido a ello, son más peligrosas porque los dos sentidos de la circulación son contiguos. También habrá que tener más cuidado al adelantar en ellas y tener en cuenta que al ser vías más pequeñas pueden estar menos iluminadas y tener curvas más estrechas y pronunciadas.

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¿Cuál es la velocidad máxima en una carretera convencional?

Desde 2019, la velocidad máxima en carreteras convencionales se fijó en 90 km/h, bajándola de 100 km/h para determinados vehículos. Este cambio se implementó con la intención de reducir el número de accidentes y fallecidos, que ocurren mayoritariamente en las carreteras convencionales, así aumentando la seguridad vial en el tráfico local y autonómico. Aunque el límite para determinados vehículos, como los del transporte colectivo de viajeros, sigue siendo 80 km/h.