Vía pavimentada

Cuando se trata de hablar de carreteras, casi todas las personas tienden a pensar en ellas como espacios en los que el asfalto cubre una superficie determinada por la que pueden circular los diferentes vehículos.

Sin embargo, no siempre sucede esto. Es decir, el pavimento no tiene que estar presente sí o sí para que podamos hablar de una vía. Por ello conviene prestar atención a las vías pavimentadas en las que sí hay asfalto y tener claro cómo se relacionan con las que no tienen asfalto y qué medidas hay que tener para circular por ellas.

Índice:

Vehículo circulando por una vía en la que es muy visible el borde

¿Qué es una vía pavimentada?

Dicho de una forma muy simple, se trata de aquella carretera por la que la circulación discurre por una superficie que ha recibido pavimento para que el terreno no represente ningún condicionante en la circulación.

Este pavimento puede tener diferentes configuraciones, aunque lo normal es que se trate del asfalto que suele ser común en casi todas las carreteras alrededor del mundo. Hay que tener en cuenta que el pavimento tiene una misión muy clara: evitar que el terreno natural y sus irregularidades creen situaciones de riesgo en las que los conductores puedan tener problemas para controlar el vehículo.

De esta forma, las vías pavimentadas son mucho más seguras que las que no cuentan con este elemento. También es por ello por lo que es en ellas donde se permite circular a mayores velocidades y sin tener que tomar precauciones de otros tipos que sí que son necesarias en las carreteras que no cuentan con pavimentos.

Además, las vías pavimentadas resisten adecuadamente las inclemencias del tiempo. El asfalto es capaz de evitar situaciones de riesgo derivadas de la lluvia y de otros agentes atmosféricos, cosa que las vías sin asfaltar no pueden hacer con tanta facilidad.

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La relación entre vías pavimentadas y sin asfaltar

Hay puntos en los que una vía pavimentada puede unirse mediante una salida o una entrada a otra que no esté pavimentada. En estos casos, conviene tener presente qué es lo que se debe hacer, ya que son muchas las condiciones a tener en cuenta en este tipo de cruces.

Lo primero que no se debe perder de vista es que la preferencia la tendrá siempre el conductor que circule por la vía pavimentada. De esta forma, si un usuario viene por una vía sin pavimentar y quiere incorporarse a la principal que sí está asfaltada, deberá ceder el paso haya o no señales que así lo indiquen.

En cuanto a la circulación por las vías no asfaltadas, esta es muy diferente a la de las carreteras con pavimento. En estas últimas, hay que respetar las señales de velocidad máxima, pero no suele haber nunca tramos que tengan una indicación que esté por debajo de los 50 km/h. En las que no tienen asfalto esto sí puede suceder, ya que lo normal es que la velocidad de tránsito se limite a unos 20 o 30 km/h como máximo.

Y, al ser también más peligrosas, son también carreteras en las que hay que conducir con una mayor precaución, y es que el asfalto suele ser algo fundamental para evitar problemas de todo tipo en la conducción.