¿Cuál importancia del estado físico del conductor?

La importancia del estado físico del conductor durante la conducción es enorme. Problemas como la fatiga o el estrés aumentan la probabilidad de accidente, pero también el consumo de sustancias como el alcohol o las medicinas por lo que vamos a ver todo ello con mayor atención.

La seguridad al volante debe estar garantizada cada vez que se coge el coche, por lo que si un conductor no está en pleno uso de sus capacidades, debería de abstenerse a conducir.

Resumen:

Conductor adormilado

Fatiga

La fatiga debida al trabajo o a un mal descanso es un problema en las carreteras de todo el mundo. Solo en España, se calcula que esta condición está relacionada con al menos el 20% de los accidentes, ya que el conductor afectado por ella verá mermadas sus capacidades para conducir y la velocidad en la toma de decisiones.

También es un problema cuando se conduce durante mucho tiempo seguido, aunque la noche anterior se durmiera perfectamente, por ello se recomienda parar cada 2 horas para estirar las piernas y descansar.

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Somnolencia

La somnolencia se relaciona con la fatiga, aunque no son lo mismo exactamente, puesto que la somnolencia se relaciona con el riesgo de quedarse dormido.

Directa o indirectamente, la somnolencia se relaciona con el 30% de los accidentes en la carretera. Es más, aquellos en los que el conductor queda dormido durante unos segundos son accidentes mortales en su mayoría, por lo que conviene ponerse al volante habiendo descansado de forma adecuada.

Ante cualquier signo de somnolencia, lo más seguro es hacer una parada en un lugar seguro, y si es necesario dormir durante unas horas.

Muchas medicinas pueden dar somnolencia, por lo que es imprescindible hablar con tu médico o leerse el prospecto antes de empezar a tomarlos.

Somnolencia al volante.

Estrés

La DGT ha publicado un estudio en el que revela que el estrés eleva la probabilidad de sufrir un accidente en un 30%. El conductor estresado suele ser mucho más violento e impulsivo en sus maniobras, lo que lo lleva a quedar expuesto a situaciones de riesgo que, conduciendo en condiciones normales, podrían evitarse con facilidad.

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Oído del conductor

A veces se subestima la importancia del oído en la conducción. Los problemas auditivos pueden llegar a producir accidentes por despistes ante las señales acústicas de otros conductores, pero no hay que olvidar tampoco que el oído puede crear situaciones de riesgo como el mareo o la sensación de vértigo cuando está afectado por una enfermedad.

Es por ello que está prohibido llevar auriculares al volante, y respecto a la música, va a condicionar mucho al conductor durante su viaje. Nosotros hablamos largo y tendido sobre los efectos de la música en este post.

Conductor con audífono al volante.

Vista del conductor

Los problemas en la vista, como la miopía y otros similares, son realmente peligrosos en la carretera. Hay personas que no cuentan con lentes graduadas por pensar que su problema es demasiado leve. Sin embargo, hasta la más mínima pérdida de visión es un riesgo a la hora de conducir, por lo que se deben tomar siempre las medidas oportunas.

Aquí hay que mencionar, que es importante hacerse una revisión ocular al menos una vez al año, y si es necesario, emplear gafas con lentes para conducir.

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Enfermedades que pueden afectar a la conducción

Quitando los problemas de vista y oído que ya hemos visto, hay enfermedades que pueden afectar a la hora de llevar un coche.

Los problemas neurológicos y las enfermedades mentales son las patologías que más aumentan el riesgo de padecer un accidente. Hablamos de problemas como la ansiedad, la esquizofrenia o la depresión, por lo que siempre se debe consultar a un especialista antes de ponerse a los mandos de un volante.

A parte de lo anterior, hay enfermedades que en principio nadie piensa que puedan afectar a un conductor pero sí lo hacen, por ejemplo la diabetes, por lo que no hay que limitarse a problemas neurológicos o mentales.

Doctor haciendo pruebas

Fármacos que pueden afectar a la conducción

De entre los fármacos que causan peligro en la carretera, los ansiolíticos y los hipnóticos son los que más consecuencias tienen en el estado del piloto durante la conducción. En ambos casos, son medicamentos que reducen los niveles de alerta, crean confusión y somnolencia y disminuyen la velocidad de los reflejos. Todas ellas son habilidades fundamentales en la conducción, por ello, muchos fármacos tienen una advertencia en su prospecto.