¿Cómo se gestiona el oído durante la conducción?

Aunque pasen más desapercibidos que los problemas de visión y otras deficiencias fisiológicas, lo cierto es que el oído puede convertirse en una fuente de problemas para los conductores por muchos motivos.

Es más, hay problemas de salud relacionados con el órgano de escucha que pueden llevar directamente a la incapacitación de un conductor para salir a la carretera, ya que su situación pondría en riesgo al resto de usuarios de la vía. Vamos a ver la situación con más detalle.

Resumen :

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El oído en la conducción

Es importante tener en cuenta que a la carretera se le debe prestar atención con todos los sentidos, especialmente con el de la vista y el del oído. Este último, no obstante, es menos valorado que el primero, pero lo cierto es que puede resultar fundamental en muchos casos.

Basta con poner como ejemplo aquellas situaciones en las que otros conductores tienen que hacernos señales acústicas con el claxon para evitar accidentes y otros problemas similares. Estas situaciones serán complicadas de advertir si no se cuenta con una salud auditiva adecuada, por lo que, ante esta situación, los problemas no tardarán en aparecer.

Asimismo, esta es la misma situación que se intenta evitar cuando la DGT aconseja no usar los equipos de sonido del vehículo a volúmenes demasiado altos que impidan la escucha del entorno. Una recomendación esta última que los conductores deberían tener siempre presente para evitar problemas de falta de atención en la carretera.

Conductor con cascos.

Problemas derivados

Pero lo que realmente es un riesgo para el conductor es padecer una enfermedad auditiva. En cualquier caso, estas enfermedades suponen una pérdida de la capacidad de escuchar, pero también tienen otros problemas asociados o derivados que pueden impedir la conducción.

El oído tiene misiones que van mucho más allá de la simple escucha. Así, las enfermedades que lo afectan pueden generar situaciones de riesgo como serán los mareos o la sensación de vértigo. La aparición de estos es repentina y no puede adelantarse en la mayoría de los casos, por lo que el conductor quedaría expuesto a una situación muy peligrosa.

Conductor con audífono al volante.

Es evidente que el mareo y el vértigo son problemas importantes mientras se está a los mandos de cualquier vehículo. Estos síntomas pueden alterar la percepción de la vía y la capacidad para controlar los movimientos, dos situaciones de mucho riesgo en la carretera.

Así, el conductor que tenga diagnosticada una enfermedad auditiva que presente estos problemas entre sus síntomas deberá consultar con su médico y con las autoridades de tráfico si puede seguir conduciendo y seguir al pie de la letra las indicaciones que ambos le den para no poner en riesgo su integridad y la de los demás.

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