¿Qué hay que saber sobre el uso de los frenos?

El sistema de frenado de cualquier vehículo está compuesto por determinados elementos que se ponen al servicio del conductor para aminorar la marcha o detenerla en caso de que sea necesario.

Pero no siempre se hace un buen uso de los frenos, por lo que es importante revisar los aspectos más importantes de esta actividad para tener la seguridad de hacerlo correctamente durante la marcha.

Resumen:

Freno de disco

Tipos de frenos

Antes de nada, conviene tener presente que existen varios tipos de frenos. Para los vehículos de cualquier clase, los más habituales son los de tambor y los de disco, siendo estos últimos los que más se usan actualmente.

Los de disco cuentan con un elemento móvil en forma de disco, de ahí su nombre, sobre la que se cierran dos zapatillas haciendo que la fricción reduzca la marcha.

Los de tambor Los de tambor son un modelo que cuentan con una campana o tambor de la que procede su nombre. En su interior se instalan dos zapatillas que se expanden cuando se activa el freno rozando la estructura fija y haciendo que la velocidad disminuya. Éstos tienen más potencia de frenado, pero ventilan peor y se degradan antes, condiciones que han hecho que sean los de disco los elegidos por la mayoría de las firmas que se encargan de producir vehículos.

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Cómo usar los frenos

Frenar puede parecer una acción que no tiene mayor complejidad, pero lo cierto es que más de la mitad de los conductores no lo hacen correctamente quedando expuestos a situaciones que son de riesgo y que pueden desembocar en accidentes.

Por lo general, durante la marcha, se usará el freno de las ruedas, es decir, el del pedal de freno, el que se activa con el pié.

La forma correcta de frenar es haciéndolo de forma gradual ampliando la intensidad a medida que se va desacelerando el coche. Para ello es necesario anticipar la frenada con bastante tiempo para que haya margen para que el proceso termine de forma precisa.

De hecho, habrá veces que ni siquiera sea necesario pisar el pedal del freno con el pié, sino que el freno motor (es decir, ir metiendo marchas progresivamente más bajas para reducir la velocidad del coche) será suficiente para ajustarnos a la velocidad adecuada. Con este frenado progresivo se evitarán los frenazos bruscos y evitaremos el desgaste de los frenos de las ruedas. , Los frenazos repentinos pueden hacer que el sistema de frenos se degrade con mayor rapidez o hacer que el coche derrape y avance incluso cuando las ruedas se hayan detenido del todo.

No hay que olvidar que la mayor parte de los coches cuentan hoy con un sistema ABS, una ayuda automática que evita que las ruedas se bloqueen y que creen situaciones peligrosas durante la conducción.

Respecto al freno de mano, no hay que usarlo cuando el coche esté en marcha, pues tiene su propia misión.

Accionar el freno de mano

Uso del freno de mano

Cuando citamos antes los sistemas de freno de un vehículo, no hicimos referencia al freno de mano. El uso de este componente es más limitado que el de los frenos activos de las ruedas. En concreto, el freno de mano se debe utilizar normalmente cuando se quiera detener por completo el vehículo como sucede cuando se estaciona o se realiza una parada por cualquier motivo.

Ahora bien, el freno de mano puede convertirse también en freno de emergencia en determinadas situaciones, por lo que conviene tenerlo presente durante la marcha. Hablamos de situaciones como son el tener que frenar de forma brusca o cuando el sistema principal de frenos sufre cualquier problema que impide su uso.

En estos casos, lo primero que se debe hacer es ir reduciendo progresivamente la marcha con el freno motor, algo que se hace reduciendo las marchas con la caja de cambios. Posteriormente, se puede ir tirando poco a poco y suavemente del freno de mano para evitar que el coche frene bruscamente y derrape o se pierda el control.