Cuidado de los neumáticos

Cuidar los neumáticos es una obligación para cualquier conductor. Lo es porque de ello depende en gran medida la seguridad de todos los que se monten en un vehículo cualquiera, y es que los neumáticos son esenciales para garantizar el agarre en la carretera y para conseguir que un vehículo evite problemas como un reventón.

El cuidado de los neumáticos no es complicado, aunque conlleva el tener presente una serie de tareas que no se pueden perder de vista si no se quieren sufrir problemas que pueden terminar en un grave accidente.

Índice de contenidos:

Dibujo del neumático con nieve incrustada

Presión

El primer aspecto al que hay que prestar especial atención es a la presión de las ruedas.

En muchos casos se circula con presiones más bajas o más altas de lo debido. Todo esto tiene unas consecuencias muy negativas, ya que supondrán un mayor desgaste de las ruedas e incluso podrían provocar pinchazos y reventones de bastante gravedad.

Para vigilar la presión de las ruedas solo hay que acercarse a uno de los muchos puntos de inflado que hay en estaciones de servicio o gasolineras. Basta con quitar los protectores de las tomas de los neumáticos e insertar la manguera para identificar la presión a la que están las ruedas.

Es imposible dar una cifra exacta para la medición, ya que cada modelo tiene unas necesidades diferentes. Con todo, la presión óptima de los neumáticos es algo que las marcas constructoras suelen dejar claro en los documentos técnicos del modelo en cuestión, por lo que esta información se puede encontrar con total facilidad.

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Profundidad de la banda

El segundo aspecto que hay que tener en cuenta es la banda de rodadura del neumático. Ésta, que es la parte que entra en contacto con la carretera, se va degradando con el uso terminando por dejar los neumáticos inservibles y obligando a que se tengan que cambiar las ruedas.

Es fácil saber si la banda de rodadura está bien o si, por el contrario, es necesario cambiar las ruedas por su desgaste. La cuestión está en medir la profundidad de esta banda. Los neumáticos nuevos suelen tener un dibujo con una profundidad que va desde los 7 a más de 9 mm.

Cuando el dibujo baja de una profundidad de 2 mm, el momento de cambiar las gomas ha llegado. Hay que tener en cuenta que la pérdida de profundidad hará que el neumático tenga menos adherencia y pueda dar la tracción necesaria para conducir adecuadamente.

Neumático desgastado.

Golpes y defectos

Hay ocasiones en las que los neumáticos pueden recibir golpes. Son casos como el de dar con un bordillo a alta velocidad o impactar con cualquier elemento que se encuentre suelto en la carretera. En cualquiera de estos casos, lo importante es revisar a fondo el neumático, ya que se trata de problemas que pueden terminar haciendo que la estructura interna de la rueda esté afectada.

A simple vista, estos problemas pueden aparecer como protuberancias en alguna parte de la rueda. Si se detecta alguna de ellas, hay que cambiar el neumático rápidamente, ya que el reventón se va a producir sin la menor duda antes o después.