Palanca para cambiar neumáticos

En muchas ocasiones, el neumático que recubre la llanta de las ruedas queda inservible. Son otros los casos en los que la goma se puede reparar fácilmente y, por lo tanto, alargar su vida útil. Sin embargo, esto no siempre es posible. En esos momentos es en los que se hace necesario separar el neumático de la llanta metálica siempre que ésta no esté dañada por golpes o por otros motivos. Para llevar a cabo esta tarea es para lo que se necesita la palanca para el cambio de neumáticos, una herramienta que suele ser de lo más práctica y que no siempre se tiene a mano.

Índice:

Cambio de neumáticos de un coche

¿Cómo es la palanca?

Es una herramienta muy sencilla, pero que no se suele llevar nunca en el vehículo. La mayoría de los modelos suelen contar o bien con una rueda completa de repuesto en la que se incluye una llanta o bien con un kit para reparar pinchazos. Una u otra opción son obligatorias, ya que permiten reparar rápidamente una rueda que sufra un pinchazo para poder continuar con la marcha.

Para llevar a cabo el cambio de rueda completo solo se necesita un gato elevador y una llave con la que poder remover las juntas que unen la rueda al sistema de dirección del vehículo. Así, la palanca en estos casos no es necesaria y por ello mismo no suele incluirse en los vehículos dentro del apartado de los accesorios para cambiar las ruedas.

Sin embargo, hay casos en los que el neumático queda completamente inservible, pero la llanta está en perfecto estado. Es en estos en los que se debe llevar a cabo la sustitución de la goma, pero no la de la zona metálica de la rueda y, por lo tanto, es cuando la palanca hará falta.

Esta herramienta se presenta como una simple barra de metal con uno de sus extremos modificados. Esta modificación introduce una punta angulada y reforzada especialmente diseñada para introducirse entre el neumático y la llanta sin llegar a dañar nunca a esta última parte de la rueda.

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¿Cómo se usa la palanca?

El uso de la palanca es bastante sencillo. Eso sí, si no se está seguro de cómo llevar a cabo la tarea, merece la pena acudir a un profesional, ya que una manipulación inadecuada puede terminar haciendo que la llanta se dañe y que, por lo tanto, el cambio de rueda tenga que ser global.

En todo caso, lo único que hay que hacer para extraer la goma es tenerla desinflada antes que nada. Posteriormente, se insertará el extremo angulado de la palanca entre la goma y la llanta y se aplicará una leve presión para que ambas partes se separen de forma natural.

Esto es una tarea que no debe implicar mayores esfuerzos, por lo que no conviene ejercer demasiada presión ni realizar acciones que puedan dañar el conjunto, ya que la llanta puede salir afectada.