¿Cómo se usa un gato?

Los gatos hidráulicos o mecánicos de pequeño tamaño son los compañeros inseparables de las ruedas de repuesto que muchos coches llevan para solucionar incidencias como los pinchazos y otros problemas similares.

A continuación, vamos a ver cómo funcionan y cómo tienen que ser empleados en caso de necesidad, un conocimiento que puede ahorrar valiosos minutos en la carretera en caso de tener que recurrir a su uso.

Resumen :

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El funcionamiento del gato

Los vehículos pueden incorporar gatos de dos tipos. Por un lado, se encuentran los hidráulicos y por otro los mecánicos. Aunque su función es exactamente la misma, elevar el coche ligeramente para sustituir una rueda, cada uno de ellos se acciona de forma distinta.

Los gatos hidráulicos cuentan en su interior con un circuito relleno por algún fluido como, por ejemplo, el aceite, que consigue multiplicar la fuerza que se ejerce a través de una palanca. Son los gatos que tienen una mayor capacidad de trabajo, aunque son los menos comunes en los vehículos particulares debido a que son más voluminosos que los mecánicos.

Estos últimos, los gatos mecánicos, cuentan con el inconveniente de ser menos potentes que los hidráulicos y un tanto más engorrosos de manejar. Sin embargo, al ser más pequeños y tener un uso ocasional, la mayoría de marcas apuestan por ellos.

El funcionamiento del gato mecánico se basa en la composición de un husillo y una pieza roscada que es la que hay que manipular para cambiar la extensión del gato. Obtener la altura esperada puede llevar más tiempo que con uno hidráulico, pero tampoco es demasiado complicado ni se requiere una gran fuerza siempre que las piezas estén en perfecto estado.

Por último, muchos modelos de alta gama han empezado a incorporar gatos con un pequeño motor eléctrico que evita al usuario tener que realizar ningún esfuerzo. Son minoritarios, pero cada vez son más los vehículos que los incorporan.

Usar un gato.

Colocación y uso del gato

Independientemente del tipo de gato que acompañe a la rueda de repuesto de un vehículo, su colocación y los pasos a seguir para completar el cambio de rueda es exactamente el mismo, por lo que vamos a atender a él para despejar posibles dudas.

Todos los turismos cuentan en su parte inferior con 4 puntos de anclaje pensados para colocar el gato y evitar que su funcionamiento pueda dañar partes delicadas del vehículo. Normalmente, estos puntos de anclaje se encuentran justo detrás de cada rueda. Así, tienes que localizar el punto que corresponde a la rueda que tengas que sustituir en caso de pinchazo y colocar el gato justo ahí.

Antes de colocar el gato, afloja las ruedas de la llanta que unen la rueda al coche, pero sin llegar a sacarlas del todo. Ahora coloca el gato en el punto de anclaje correspondiente y activa el mecanismo hasta conseguir que la rueda se separe de la calzada unos cuantos centímetros. Tampoco es necesario que eleves demasiado el coche, ya que solo necesitas un poco de espacio para poder llevar a cabo la sustitución de la rueda.

Termina de separar las tuercas que antes quedaron aflojadas y retira por completo la rueda dañada. Une la de repuesto fijándola de forma conveniente y podrás retirar el gato anulando la elevación del coche y consiguiendo que este vuelva de nuevo a entrar en contacto con la carretera. Así, habrás terminado con el uso del gato y podrás volver a guardarlo en su lugar.

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