Cualquier agente climatológico adverso puede hacer que la conducción se convierta en una actividad de riesgo sin la menor duda. En este sentido, conducir con niebla y viento es algo muy peligroso, y es que son muchas las condiciones de riesgo que crean en la carretera.

Vamos a analizar cada uno por separado para que puedan verse las medidas que los conductores deberán tener presentes en cada caso, puesto que son condiciones completamente independientes, aunque pueden darse unidas.

La primera está relacionada con la visibilidad y la segunda con el manejo del coche.

Resumen:

Conducir con niebla.

Conducir con niebla

Casi todos los conductores han tenido que atravesar en algún momento un tramo de carretera en el que había niebla. Este agente meteorológico no afecta en nada a la carretera ni a las condiciones del vehículo, pero es uno de los más peligrosos, porque resta visibilidad.

Es especialmente peliagudo cuando se habla de niebla espesa, y es que, en esos casos, la visión desde el vehículo se reduce de una forma alarmante, quedando incluso limitada a unos pocos metros y siendo casi imposible advertir al resto de vehículos que circulan por la carretera al mismo tiempo. De ahí viene que la niebla cree situaciones realmente peligrosas ante las que el conductor debe saber reaccionar de forma adecuada.

Lo primero es activar en todo momento el sistema de luces antiniebla. Las luces traseras (elemento obligatorio en el vehículo) tienen más intensidad de lo normal y están instaladas en la parte de atrás de los vehículos para ser vistos. Las delanteras no son obligatorias, pero se pueden encender para ver mejor las vías. En caso de que tu coche no disponga de ellas, siempre puedes encender las de posición + las cortas.

Otras medidas que se deben tomar en la carretera en caso de que la niebla se presente son la de reducir la velocidad y aumentar las distancias de seguridad con los demás vehículos. No hay que olvidar que la reducción del campo de visión que produce la niebla obliga a extremar las medidas de precaución al volante.

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Conducir con viento

En muchas ocasiones, los usuarios de la vía no tienen para nada en cuenta los riesgos que puede llegar a ocasionar el viento mientras se conduce. Sin embargo, es uno de los factores más peligrosos en la carretera.

Hay varios motivos para temer al viento, como la posibilidad de que una racha mueva al vehículo cuando éste está circulando a altas velocidades. Esto es el desencadenante de un buen número de accidentes, y es que, cuando las rachas de viento son intensas, se puede llegar a producir incluso la salida del vehículo al arcén o el cambio involuntario de carril con los riesgos que ello conlleva.

Los consejos aquí pasan por extremar las precauciones y reducir en lo posible la velocidad. No obstante, el conductor que circule en una vía con fuertes soplidos de viento hará bien en mantenerse lo más centrado que pueda dentro de su carril para evitar esos desplazamientos laterales a los que antes hemos hecho mención.

Controlar el volante con fuerza también es importante, lo mismo que evitar los movimientos bruscos y realizar adelantamientos solo cuando sea estrictamente necesario, especialmente si se va a adelantar a camiones o a otros grandes vehículos que son mucho más sensibles a las rachas de viento.