¿Cuáles son las claves de la conducción preventiva?

Cualquier vehículo puede tener una enorme cantidad de sistemas de seguridad activa y pasiva que aumenten la garantía de integridad del conductor y del resto de pasajeros ante imprevistos de todo tipo.

Sin embargo, ninguno de estos sistemas sirve absolutamente de nada si el conductor no hace un uso adecuado de ellos y conduce de forma prudente y segura con unas técnicas específicas. Todo ello pasa por lo que se conoce como conducción preventiva, una técnica que consiste una serie de prácticas que ningún conductor debería olvidar cuando circule por la carretera.

Resumen:

Ver bien cuando se conduce es esencial

Prevención, la clave de la conducción preventiva

Lo primero a lo que hay que atender cuando hablamos de prevención en la carretera es la cantidad de aspectos que se esconden tras estas simples palabras. La prevención en la carretera es fundamental, ya que de ella nacerá el evitar situaciones de riesgo, lo que, al fin y al cabo, es siempre la mejor estrategia para evitar posibles accidentes.

La conducción preventiva, de esta forma, se basa en varios principios que el conductor no debe olvidar bajo ningún concepto. Estos son la visión, la anticipación y el respeto por las distancias con el resto de vehículos.

La visión es el comienzo de todo. Un conductor debe fijarse en la vía de forma permanente viendo con más de 10 segundos de anticipación dónde se encontrará y analizando la situación por si es necesario tomar cualquier tipo de decisión, como la de evitar un obstáculo o reducir la velocidad.

La anticipación se deduce de lo dicho anteriormente. El conductor siempre debe analizar a cada segundo el estado de la vía para poder adelantarse a posibles incidentes que le obliguen a tomar una decisión brusca.

Por último, por mucho que se respeten los anteriores aspectos, si no se guardan las distancias con el resto de los vehículos, de poco servirá anticiparse a nada, ya que un vehículo necesita de un espacio mínimo para poder detenerse o frenar ante cualquier imprevisto.

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¿Cuándo es clave la conducción preventiva?

Lo que hemos dicho antes sirve para cualquier momento, vehículo y para cualquier tipo de vía. Sin embargo, hay momentos y situaciones concretas en las que la conducción preventiva se hace más importante que nunca, situaciones en las que la misma carretera puede suponer un peligro para los conductores y los usuarios que transiten por ella.

Hablamos de aquellos momentos en los que las condiciones meteorológicas no sean para nada las más adecuadas para la conducción. En casos como los de lluvia intensa, viento fuerte racheado, niebla o incluso hielo en el asfalto, el conductor deberá aumentar los niveles de precaución y, por lo tanto, los de prevención, ya que las condiciones serán tan peligrosas que obligarán a ello.

Pero no solo es importante hacerlo en los anteriores casos. En otros como, por ejemplo, cuando el tráfico es demasiado denso o cuando el propio suelo de la carretera se encuentra en mal estado, es fundamental anticiparse a cualquier situación de peligro tomando decisiones como son disminuir la velocidad de la marcha o aumentar la distancia de seguridad con el resto de los vehículos.

Así, realmente este modo de conducir debe ser la única técnica de conducción que se tenga en cuenta, y es que no conviene olvidar que los peligros en la carretera pueden aparecer de un momento a otro sin previo aviso.