La crisis de los semiconductores en la automoción

¿Has oído hablar sobre la crisis de los semiconductores en la automoción? Ahora mismo estamos en el punto álgido de una escasez de microchips para la producción de vehículos. La falta de abastecimiento de estos elementos ha puesto de manifiesto algo incómodo: el sector de la automoción europeo es demasiado dependiente de estos elementos y sobre todo de sus fabricantes asiáticos.

Esta escasez de microchips afecta a otros sectores, como el de la telefonía, pero en España, la falta de estos dispositivos se ha notado sobre todo en el sector de la automoción.

Índice:

Cadena de fabricación de coches

¿Qué son los semiconductores?

Los semiconductores son chips encargados de conducir la electricidad en los diferentes dispositivos electrónicos de los coches a través de los circuitos de cada panel.

Como los automóviles llevan cada vez más elementos eléctricos entre su tecnología, la importancia de estos elementos crece cada día que pasa.

Un coche actual utiliza entre 5.000 y 8.000 semiconductores en su funcionamiento, y unas 100 centralitas eléctricas.

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El comienzo de la crisis

El desajuste entre oferta y demanda de semiconductores no es nada nuevo, siempre ha existido, y de hecho, de manera cíclica, la sobreoferta o escasez siempre se habían superado. Entonces… ¿Qué ha pasado en estos últimos años para que este desajuste se haya ido tanto de las manos?

La verdad es que esta crisis ha afectado tanto a la producción de coches porque se han concentrado varias catástrofes a la vez. Por un lado, tenemos la más importante: la pandemia de la COVID-19, pero a ello se juntaron varios desastres naturales en Japón, China, Taiwán o Texas, y el incendio de una de las fábricas de chips más grandes, afectando con ello a la fabricación de los dispositivos necesarios para el sector de la automoción y la fabricación de vehículos. Debido a esta ralentización en la cadena de suministro, todas las empresas que pertenecían al sector se han visto forzadas a fabricar menos automóviles, perdiendo así mucho dinero.

Placa electrónica

¿Por qué el sector de la automoción se ha visto tan afectado?

Pues la razón principal es que los fabricantes de coches no veían los semiconductores y las placas como elementos críticos, a pesar de que los coches modernos deben usar una cantidad desorbitada de los mismos.

En la primavera del 2020, cuando estalló el brote de coronavirus en España, los fabricantes de coches estimaron una caída en las ventas de automóviles, de modo que redujeron o directamente cancelaron las compras de los chips, disminuyendo mucho la demanda de semiconductores en el mercado, mientras que en otras economías que sí veían estos elementos como indispensables se mantuvieron las compras y los calendarios.

Por otra parte, la venta de ordenadores, tablets y smartphones se vió aumentada con la pandemia, agotando con los semiconductores existentes.

Como el sector de la automoción en España confía tanto en el modelo de demanda just-in-time, ve muy limitada la flexibilidad de las cadenas de suministros, y cuando a finales de 2020 empezó a subir la demanda de coches por parte de la población, los fabricantes de coches no pudieron hacerle frente, poniendo de manifiesto 2 cosas:

  • El modelo just-in-time no es perfecto.
  • Dependemos demasiado de productos de Asia, cuando en España o Europa podríamos estar produciendo lo mismo.

Los coches modernos necesitan cientos de sensores, controladores, placas y chips repartidos por todo el vehículo. Por ejemplo, los ADAS (asistentes para la conducción) necesitan un gran número, pero además, con la electrificación de los coches y la llegada de los vehículos autónomos esto va a ir a más.

Según un informe de la CLEPA (Asociación Europea de Proveedores en la Automoción), los componentes electrónicos suponen ya el 35% del coste del vehículo, porcentaje que aumentará al 50% con la llegada del vehículo conectado.

Ante esta situación, y debido a que no parece que se resolverá pronto (se estima que en el momento de escribir este artículo en Europa se ha retrasado la producción de 500.000 vehículos), los líderes políticos de Europa y Norteamérica han intentado establecer políticas que impulsen la producción local de semiconductores para rebajar la dependencia de los proveedores asiáticos.

Por una parte, Biden promulgó la apertura de dos plantas en Arizona, mientras que en Europa se están barajando Irlanda, Francia y Alemania como países para situar estas fábricas. La Comisión Europea pretende que en Europa se fabriquen el 20% de chips a nivel mundial, para ello, concederán subvenciones hasta duplicar la producción europea de chips.

Aun así, crear una planta no es tarea fácil; cualquier planta que se precie tarda dos años en construirse, requiere de una gran inversión de capital, y tiene que estar funcionando al 90-95% para ser rentable, por lo que la crisis no se rebajará en el corto plazo, precisamente.

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Conclusión sobre la crisis de los semiconductores

Lo que se debería hacer ahora mismo en el sector de la automoción es, de una manera general, modificar las relaciones entre consumidores y productores de placas y chips para que el modelo no sea tan ajustado, es decir, pasar del just-in-time a un modelo que piense más en el largo plazo. Uno de los grandes retos para los fabricantes de coches es conocer la cadena de suministro de los semiconductores, y para ello hay una serie de acciones que deberían tomar:

  • Fomentar una colaboración directa entre fabricantes de vehículos y de microchips que no dependa tanto de los intermediarios.
  • Considerar realizar inversiones directas en el sector de los chips para asegurar una producción adecuada, ya que de ello dependen.
  • Invertir en tecnología y softwares para manejar la cadena de suministro a medida que se hace más compleja, y apoyarse del machine learning y la inteligencia artificial para tomar decisiones en torno a ella.
  • Utilizar menos elementos customizados y más elementos estándar.
  • Crear equipos encargados de supervisar la cadena de suministro de componentes eléctricos.

A partir de lo dicho, se puede concluir en que esta crisis en el sector de la automoción debe considerarse como un punto de inflexión para cambiar las cosas a mejor, dado que a día de hoy, los componentes eléctricos en el sector de la automoción son tan importantes como los elementos considerados tradicionales.

En cualquier caso, los expertos sitúan la salida de la crisis entre el año 2023 y el año 2025, aunque casi ninguna de las fuentes que hemos consultado coinciden (Bran & Company, Volkswagen, BMW…)

Lo positivo de la situación actual es que el cuello de botella irá reduciéndose poco a poco, de modo que las cifras se irán recuperando paulatinamente. Por ejemplo, las estimaciones indican que las ventas de semiconductores aumentarán alrededor de un 10% en el año 2022 respecto al año 2021.