¿Qué hacer en caso de velocidad anormalmente reducida?

Todos los conductores saben perfectamente que cualquier carretera tiene una velocidad máxima permitida. Esta velocidad no se puede superar, de lo contrario, se infringen las normas de circulación y, por lo tanto, el conductor queda expuesto a una sanción.

Sin embargo, no todos conocen que también existe una velocidad mínima en las vías,  pensada para poder mantener la seguridad de la circulación, sobre todo en las vías rápidas como autovías o autopistas. No obstante, hay momentos en los que esta no se puede alcanzar, en esos casos corresponde hablar de velocidad anormalmente reducida.

Resumen :

Cuál es la velocidad mínima de las vías

Como hemos apuntado, todas las carreteras cuentan con una velocidad mínima que hay que respetar para que la conducción sea segura. En el caso de autopistas y autovías es de 60 km/h. Circular por debajo de este límite se considera una infracción grave y los conductores que lo hagan serán penalizados con una sanción.

En el resto de vías, la velocidad mínima es la mitad de la máxima. Es decir, si una vía convencional marca como velocidad máxima 90 km/h, la mínima será de 45 km/h y no se puede circular por debajo de ella.

Como hemos dicho, todas las carreteras cuentan con velocidad mínima. Incluso las de poblado o ciudad, en las que dicha velocidad es de 25 km/h, siguiendo las reglas que hemos explicado para calcular la velocidad mínima de las vías convencionales.

En una autopista o autovía, la velocidad mínima permitida es 60 km/h

¿Es posible circular a una velocidad anormalmente reducida?

Si se conduce a menos velocidad que la permitida legalmente, se conduce a una velocidad anormalmente reducida. En principio, esta acción está completamente prohibida y es objeto de sanción, ya que es algo que puede poner en riesgo al resto de usuarios de la vía.

Sin embargo, hay casos en los que los conductores están obligados a hacerlo. Por ejemplo, si un vehículo sufre una avería que le impide alcanzar mayores velocidades, podrá circular por debajo del límite hasta alcanzar la primera salida de la vía, en caso de estar circulando por autovías o autopistas.

De la misma forma, hay condiciones en la carretera que pueden obligar a bajar la marcha. Estas condiciones pueden ser atascos, por ejemplo, o condiciones meteorológicas adversas como niebla o granizo. En estas situaciones, la precaución va siempre por delante de los límites de velocidad mínimos que existen en una carretera.

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Consecuencias de bajar de velocidad

Si no se da ninguna de las circunstancias anteriores y un conductor decide circular a una velocidad anormalmente reducida, los problemas para este no tardarán en llegar. Para empezar, los agentes de tráfico se verán obligados a detener el vehículo y a imponer una sanción por estar cometiendo una infracción.

Tampoco se debe perder de vista que circular a bajas velocidades se convierte en un problema de seguridad, sobre todo, en las vías rápidas. En estas, un vehículo muy lento puede suponer todo un problema para el resto de conductores, por lo que hay que extremar las precauciones al respecto en todos los casos.