Capacidad de reacción, la que permite de salvar vidas

Al volante, la capacidad de reacción es una de las condiciones que pueden evitar accidentes y salvar vidas. Con este concepto nos referimos al tiempo que necesita un conductor para ser consciente de una situación de riesgo y decidir y ejecutar la acción motora que la evite. Normalmente, este proceso no suele tardar más de un 1 segundo, aunque incluso eso puede ser más que suficiente para sufrir problemas de todo tipo en la carretera. Por lo que hay que intentar que esta capacidad no se vea mermada por ninguna circunstancia.

RESUMEN :

• El tiempo medio para reaccionar
• Factores que afectan en la capacidad de reacción

El tiempo medio para reaccionar

Durante la conducción, un obstáculo o una situación peligrosa puede aparecer de un momento a otro. Por ello, el conductor siempre debe estar alerta y con todos los sentidos puestos en la carretera, ya que esta es la única forma de evitar problemas.

En la reacción, en su éxito o no, influyen varios factores. Por un lado, está el estado del vehículo, de la calzada y la velocidad a la que se esté circulando. Por otro, es importante el estado físico del conductor, algo que influye directamente en la capacidad de reacción que se tenga.

En condiciones normales, un conductor puede reaccionar en un tiempo comprendido entre 0,5 y 1 segundo. Este lapso es suficiente para que se ejecute una acción como frenar o un giro de volante que haga evitar un obstáculo.

Más tiempo para reaccionar es peligroso, especialmente a altas velocidades. La distancia que recorrerá un vehículo se disparará de forma considerable si el tiempo de reacción aumenta, por lo que se deben evitar los factores que hacen que esta capacidad se vea mermada.

Factores que afectan en la capacidad de reacción

No son pocas las situaciones en las que la capacidad de reacción se puede ver afectada y que, por lo tanto, se deben considerar factores de riesgo en la conducción. Por ejemplo, el cansancio del conductor es uno de los factores más peligrosos de los que se pueden presentar en la conducción.

Estar cansado al volante significa que se requerirá de mucho más tiempo para poder tomar medidas que eviten un problema durante la marcha, por lo que es una de las situaciones que no se deben dejar de lado si se quiere esquivar un accidente.

Si el descanso es importante, no ingerir drogas ni bebidas alcohólicas es aún más relevante. Cualquiera de estas sustancias es capaz de generar una serie de problemas en el sistema nervioso y en el motor que impedirán la correcta toma de decisiones y que se convertirán en una fuente de problemas bastante graves.