¿Cómo funciona el volante de inercia del coche?

La mecánica de un vehículo está repleta de componentes que cumplen funciones muy específicas. Uno de estos es el volante de inercia, también llamado volante motor. Esta pieza se encuentra presente en cualquier vehículo quedando unida por una parte al cigüeñal y por otra a la transmisión.

Su misión es fundamental en la marcha de los vehículos, ya que consigue que esta sea más suave evitando que se produzcan aceleraciones demasiado bruscas cuando el par motor se detiene.

Resumen :

El motor

Qué es el volante de inercia

Como dijimos en la introducción, se trata de una pieza conectada al cigüeñal y a la transmisión del vehículo. Su propio nombre da una pista de su funcionamiento, ya que lo que hace este componente es añadir una inercia al motor que este no tiene por sí mismo.

La pieza se presenta como un disco dentado que puede estar compuesto por una o más piezas como veremos más adelante. Estas se mueven con el funcionamiento del motor, pero su importancia radica en que siguen moviéndose cuando la aceleración se detiene, es decir, cuando el par motor desaparece.

La importancia de esta inercia se explica de forma muy sencilla. Si el volante motor no existiera, los cambios de aceleración y velocidad serían tremendamente bruscos cuando la aceleración del motor se parase. Al aplicarse la inercia creada por este componente, los vehículos pueden presentar un funcionamiento mucho más suave y estable en el que el conductor y los pasajeros no notarán nunca cambios de aceleración demasiado toscos.

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Tipos de volantes de inercia

El progreso de la mecánica también ha afectado a este componente, por lo que los coches pueden presentar varios tipos de este mismo componente. En gran medida, son dos los modelos que hay montados en los coches.

El primero es el llamado volante monomasa. Este se compone de una única pieza y se encuentra acoplado al motor de arranque. Hasta hace unos años, era la opción mayoritaria de las marcas constructoras, aunque sus limitaciones hicieron que se avanzara hasta un modelo más eficiente en los coches modernos.

Este último modelo es el volante bimasa. En lugar de una pieza, este incorpora dos, una que se une al cigüeñal y otra que se acopla a la dirección. Ambas piezas giran de forma independiente dependiendo de la zona del vehículo con la que estén en contacto. Entre ellas se unen mediante un sistema de amortiguación creando un único dispositivo.

Las ventajas del volante bimasa son las de poder absorber las vibraciones del motor el doble de bien que lo haría uno modelo monomasa y la de permitir un desembragado mucho más suave y uniforme que ayudará a conseguir que la conducción sea más eficiente en todos los sentidos.