Cargar un vehículo eléctrico: tiempo y equipo necesarios

Con los coches eléctricos no sucede lo mismo que con los que se alimentan de un motor de combustión interna. Estos últimos deben repostar siempre de forma similar a través de las mangueras de combustible.

Como decíamos, no sucede de igual forma cuando se trata de vehículos eléctricos. En estos, ya sean eléctricos enchufables o híbridos enchufables, es posible encontrar diferentes sistemas en cada punto de repostaje, por lo que conviene tenerlos presentes para entender bien sus características.

RESUMEN :

• Lo que hace diferente a un sistema de carga
• Las cargas más lentas
• Las cargas rápidas

Lo que hace diferente a un sistema de carga

Antes de entrar de lleno con los diferentes sistemas de carga de los que estamos hablando, conviene tener presentes aquellas características que son las que distinguen a un sistema de otro.

Por un lado, está la potencia e intensidad de energía que el surtidor puede ofrecer. A mayor potencia, evidentemente, el tiempo de carga se reduce, por lo que los esfuerzos de la industria están cada vez más encaminados a conseguir mejores sistemas en este sentido.

Pero no todo es el sistema de carga. También es importante tener presente el tipo de conector que use el vehículo. Actualmente, casi todos los modelos cuentan con un sistema homologado al respecto, por lo que no deberías tener ni el más mínimo problema al respecto.

Las cargas más lentas

Vamos a empezar con los sistemas de carga que tienen una menor potencia y que son muy habituales en el día a día de los conductores de coches eléctricos. La primera de todas es la carga doméstica, que es la más lenta de todas las que pueden encontrarse.

Este sistema suele emplear una potencia de 230 V alargando el tiempo de carga unas 8 horas. De ahí que las firmas recomienden que el vehículo se cargue cada día durante las horas nocturnas o cuando no se vaya a usar, ya que los plazos son prolongados.

El primero de los sistemas no domésticos tampoco es demasiado rápido. Se trata de una carga que se realiza con una toma SAVE y que alcanza mucha más potencia que la anterior consiguiendo que la carga completa de un vehículo estándar se lleve a cabo en 4 horas.

Este sistema era el habitual cuando los coches eléctricos aparecieron, aunque hoy existen sistemas mucho más eficientes.

Las cargas rápidas

Hay varios sistemas que encajan aquí y que reducen los tiempos de carga de una forma increíble en comparación con los tiempos que hemos dicho antes. La conocida como carga rápida suministra al coche un alto flujo de energía permitiendo que las baterías se carguen por completo en tan solo 30 minutos.

Después está la súper rápida, un sistema empleado solo en los coches eléctricos de más alta gama que ofrece el doble de potencia rebajando a la mitad los tiempos de espera necesarios para poder tener completamente cargado el vehículo.

Actualmente se están explorando otros sistemas de carga incluso más rápidos que consigan realizar una carga completa en menos de 10 minutos. Todavía no se han desarrollado tecnologías capaces de conseguirlo, aunque los tiempos de carga de los coches eléctricos son cada vez más reducidos consiguiendo eliminar una de las desventajas que estos vehículos tenían con respecto a los modelos de combustión interna.