La conducción semiautónoma

Las ayudas a la conducción son una solución a todos aquellos accidentes debidos a errores humanos (la gran mayoría). El objetivo de todas esas tecnologías que prestan ayudas en la conducción siempre ha sido rebajar dichos errores. Aun con esas, estamos aún lejos de que los coches se conduzcan solos. Por el momento hay que conformarse con la conducción semiautónoma.

Índice de contenidos:

• Origen de la conducción semiautónoma
• Conducción semiautónoma en la actualidad
• Más allá de la conducción semiautónoma

Origen de la conducción semiautónoma

El llegar a la conducción semiautónoma ha sido fruto de años de desarrollo de tecnologías que ayudan al conductor a llevar el coche de manera segura.

Por ejemplo, para evitar el exceso de velocidad en las carreteras, lo primero que inventaron los ingenieros fue el limitador de velocidad. La evolución natural de dicho dispositivo fue el control de velocidad crucero, que permite fijar una velocidad para que el piloto pueda ir más cómodo al volante.

Tras ello aparecieron otros inventos que irían un paso más allá, sobre todo el control crucero adaptativo y los sistemas de precolisión, que funcionan con láser para detectar vehículos delante y que es capaz de decelerar el coche y frenar sin el conductor si es necesario, para evitar choques en semáforos o atascos. Tras ello aparecieron elementos parecidos, y apoyados por cámaras para detectar a peatones delante del coche y pararlo si es necesario.

Muchos inventos se han debido a avances tecnológicos de marcas específicas, como el sistema BLIS de Volvo para el asunto de los puntos muertos de los espejos.

También empezaron a aparecer coches que eran capaces de mantenerse en el carril haciendo uso de cámaras frontales.

En general, durante las últimas décadas hemos visto como los coches se equipaban con láseres, cámaras y sensores para hacer de la conducción una actividad mucho más segura.

Eso ha dado paso a la conducción semiautónoma.

Conducción semiautónoma en la actualidad

La conducción semiautónoma es una conducción en la que se hace uso de diversas tecnologías que ayudan al piloto en todo momento, sobre todo de cámaras, láseres y sensores.

Cada marca fabricante de coches tiene su propio paquete de conducción semiautónoma donde ofrecen diferentes invenciones que ayudan a que el coche tenga distintos niveles de autonomía.

Volkswagen, por ejemplo, cuenta con el paquete de conducción semiautónoma IQ-Drive, que cuenta con los llamados Travel Assist, Lane Assist y control crucero adaptativo.

Otro ejemplo es el paquete Pilot Assist de Volvo, una ayuda a la conducción que incluye varios elementos, muy parecidos al paquete de Volkswagen, pero con nombres comerciales diferentes.

Podríamos seguir con todos los fabricantes, como Renault y Mercedes, por citar un par de ellos.

Dentro de los niveles de autonomía de los vehículos, estaríamos hablando de niveles del 2 al 5. Es decir, de que el vehículo interacciona con la vía y ofrece al conductor información sobre ésta, pero que no se limite a dar información, sino a actuar en caso de que el conductor no lo haga.

A pesar de ello, siempre hay que recordar que el conductor es el que tiene la última palabra, y que estos sistemas no deberían utilizarse para distraernos al volante ni mucho menos. De hecho, muchos de estos paquetes de conducción semiautónoma soltarán pitidos cuando detecten que el conductor ha soltado las manos del volante.

Más allá de la conducción semiautónoma

Hoy en día hay muchas más ayudas que no necesariamente se engloban en el concepto de conducción semiautónoma pero mejoran la conducción y la hacen más futurista.

Por ejemplo, en materia de iluminación, ya se han inventado las luces que giran en la misma dirección que el volante para asegurar un alumbrado preciso.

También están los chasis activos, que hacen sus propios cálculos del firme para adaptarse a éste y asegurar una conducción cómoda.

También está el Park Assist, el ayudante para el estacionamiento. Los últimos ya ofrecen al conductor instrucciones de cómo maniobrar para dejar el coche perfectamente metido en el hueco que se quiera.

La dirección asistida de emergencia, que aumenta la seguridad cuando se hacen maniobras evasivas.

Como vemos, la tecnología avanza a grandes pasos, y la conducción del coche es más autónoma cada día que pasa. Aun así, el conductor es todavía el centro de todo, por lo que de momento nos tenemos que conformar con la conducción semiautónoma. Aun así, ésta solo está al alcance de unos pocos, pues solo se ofrece en los modelos más nuevos de los fabricantes y obviamente no vienen con la versión básica, sino que hay que pagarlos como extras.