El frío puede ser un problema para todos los conductores y pasajeros de un vehículo. En primer lugar por la comodidad, ya que es incompatible sentirse cómodo dentro del habitáculo de un coche si la temperatura es demasiado baja. Pero de esto también depende la seguridad, ya que la temperatura del interior del vehículo es fundamental para evitar que se empañen los cristales, por poner un ejemplo.

Para evitar todos estos problemas es por lo que existen los sistemas de calefacción en los vehículos. Estos vienen incluidos incluso en los modelos más sencillos o antiguos, ya que su funcionamiento es algo muy básico como vamos a ver.

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¿Cómo funciona la calefacción del coche?

Es importante tener en cuenta que vamos a hablar de los sistemas de calefacción convencionales, no a los que funcionan con climatizadores electrónicos. Estos últimos son mucho más sofisticados y hacen que el aire salga a una temperatura exacta mediante diversos dispositivos y unidades de control.

El sistema básico de calefacción es más sencillo y no requiere de una tecnología demasiado avanzada. La primera pieza que destaca en este tipo de sistemas será la entrada de aire del exterior que se suele ubicar justo debajo del parabrisas delantero o en la parte más adelantada del vehículo.

Desde ahí se capta el aire del exterior que terminará entrando en el habitáculo para calentarlo, aunque antes de llegar a este punto es necesario pasar por otros puntos intermedios. El calentamiento del aire se puede llevar a cabo de dos formas diferentes. Los vehículos más sencillos o antiguos lo que hacen es calentar el aire con el calor que desprende el motor haciendo que haya circulación alrededor de este para alcanzar la temperatura demandada. Otros cuentan con un calefactor de agua, aunque esta tecnología es menos usada que la anterior.

Una vez que el aire está caliente, desde el interior del vehículo se podrá activar su circulación con los mandos respectivos y activar las toberas para que el flujo sea el adecuado y el interior del vehículo se caliente.

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¿Cómo usar la calefacción de un coche?

Puede parecer algo sencillo, pero lo cierto es que son muchos los conductores que emplean de forma errónea la calefacción.

Lo primero que hay que señalar es que, si el aire se caliente a través del motor como sucede en la mayoría de modelos, de nada sirve entrar en el coche, arrancar y poner a tope la calefacción. Lo único que se conseguirá con las acciones anteriores es forzar el sistema de calefacción y tener un flujo de aire frío en el interior del vehículo. El aire caliente no va a empezar a salir hasta que el motor no alcance una temperatura suficiente como para calentar el flujo que pasa por sus inmediaciones, algo que no se debe perder de vista de forma alguna.

Dicho esto, otra cosa que se debe tener en cuenta es el lugar desde el que saldrá el aire caliente. La física nos dice que la forma más inteligente de caldear un vehículo con eficacia es de abajo a arriba. Por lo tanto, la mejor forma de aprovechar el aire caliente será activar la calefacción en la zona de los pies y dejar que el habitáculo se llene de aire caliente poco a poco.

Por último, no hay que crear un ambiente demasiado caldeado dentro del coche. Este es perjudicial para la conducción, ya que puede crear incomodidad e incluso somnolencia en el conductor con el riesgo que ello conlleva.