¿Qué hay que hacer en caso de derrape en la carretera?
En la carretera, el derrape puede considerarse como una de las situaciones de mayor riesgo para cualquier conductor. El motivo es que, durante este, el coche se desplaza sin ningún tipo de control por parte de quien vaya al volante.
De esta forma, es importante saber cómo evitar que se produzca y también conocer cuáles son las formas correctas de poder corregirlo. Con ello se conseguirá tener una mayor seguridad en la carretera, algo que no está nunca de más.
Resumen :
¿Por qué se produce?
Derrapar no es algo natural en un vehículo. Si se produce, lo normal es que sus causas se encuentren en un mal uso de alguno de los sistemas del coche como son el de frenado, el de acelerado o el de la dirección.
Desde un punto de vista técnico, cuando un coche derrapa lo que sucede es que los neumáticos pierden por completo la adherencia con el pavimento. De esta forma, aunque las ruedas estén bloqueadas, el coche seguirá desplazándose quedando por completo fuera del control del usuario.
De la anterior situación descrita se puede entender que el peligro es máximo. Los metros que se recorran derrapando no tendrán ningún tipo de control ni en dirección ni en velocidad. Así, la probabilidad de accidente será muy alta, más si no se sabe cómo actuar en caso de derrape y si existen obstáculos en la vía.
Principales causas
Hay una serie de acciones por parte del conductor que pueden dar lugar a que el vehículo derrape. Estas mismas son las que no se deben perder de vista bajo ningún concepto, ya que basta con evitarlas para que el problema que aquí nos ocupa no suceda.
Las primeras tres las podemos resumir en una sola y serían consecuencia de un uso brusco o inadecuado de algunos de los sistemas que influyen en la marcha. Lo que queremos decir es que maniobras como frenar bruscamente a altas velocidades, acelerar de forma repentina o cambiar de dirección con un volantazo harán que el coche pierda adherencia y derrape.
También puede deberse a que algunos de los anteriores factores se han combinado. Esto sucede, por ejemplo, cuando se frena bruscamente y al mismo tiempo se gira el volante para cambiar de dirección.
Salta a la vista algo importante de los derrapes: estos se producen como consecuencia de acciones peligrosas por parte de los conductores. Un coche en perfecto estado no debería derrapar siempre que se conduzca bien. Eso sí, factores como un firme irregular o con manchas de grasa o condiciones climatológicas como la lluvia o la nieve pueden hacer más probable el derrapar.
Lo que hay que hacer en caso de derrape
No son pocas las situaciones en las que el derrape se agrava aún más como consecuencia de las acciones posteriores que el conductor toma. Es importante saber cómo hay que actuar en estos casos, ya que de ello depende la propia seguridad y la del resto de usuarios de una vía.
Así, si la pérdida de adherencia viene motivada por una frenada demasiado excesiva, lo que hay que hacer es soltar el pedal del freno y dejar que el vehículo recupere su adherencia normal. Eso es complicado, ya que el instinto natural pide seguir frenando en la mayoría de ocasiones.
Otra acción importante es la de girar el volante hacia el mismo lado al que estén derrapando las ruedas traseras del vehículo. Esto es importante en el caso de derrapes laterales, ya que es la mejor forma de corregir el deslizamiento.