Hay piezas en el motor que los conductores sólo tienen en cuenta cuando sufren una avería. Este es el caso de la junta de culata, un componente que tiene una importante misión dentro del conjunto de elementos que forma el motor, pero que no precisa de la acción del conductor para nada.

De esta forma, cuando el usuario toma conciencia de la junta de culata suele ser porque ésta se ha roto y está dando problemas en el funcionamiento del vehículo, creando una de las averías más costosas de reparar de todas las que pueden dañar a un coche.

Índice:

Junta de culata

¿Qué es la junta de culata?

En principio, la junta de culata se presenta como una pieza fija hecha de amianto y recubierta de metal que se sitúa entre la culata y el bloque motor sellando ambas zonas e impidiendo que el aceite y el líquido refrigerante puedan llegar a mezclarse.

Por la descripción, parece que la junta sea una pieza sencilla. En parte lo es, pero lo cierto es que se trata de un componente que debe tener capacidad para deformarse, ser muy resistente a la torsión y a las altas temperaturas y tener una vida útil larga para evitar problemas graves en el motor.

De esta forma, pese a su aparente sencillez, la junta de culata se presenta como una pieza extremadamente sensible que los conductores deben tener muy presente para evitar que haya problemas graves cuando se esté conduciendo.

Un fallo en la junta puede ser fatídico en muchos sentidos. La mezcla de los dos líquidos que comentamos antes puede suponer un daño tremendo en el motor. Asimismo, todo el conjunto del motor puede perder rendimiento e incluso deteriorarse rápidamente si no se vigila con cuidado el que esta pieza no tenga averías.

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¿Cómo detectar el deterioro de la junta de culata?

Por suerte, antes de romperse, la junta de culata da síntomas de su desgaste, por lo que se pueden tomar las medidas oportunas para evitar que el problema vaya a más.

Uno de los primeros indicios de que algo no anda bien en la junta es que el motor se comience a sobrecalentar de forma peligrosa durante la marcha.

Además de lo anterior, el conductor notará que se consume mucha más agua o líquido refrigerante de lo normal junto con un consumo también excesivo de aceite. Esto se debe a las fugas que impide la junta de culata y que se están empezando a producir por el fallo de la misma.

También es muy sintomático que haya agua dentro del depósito del aceite, siendo uno de los problemas que mejor demuestran que esta pieza está fallando.

Mecánica del coche

¿Qué hacer en estos casos?

En cuanto se advierta que alguno de los problemas anteriores aparece, habrá que ir a un taller para evitar que la junta de culata termine cediendo y cree una avería tremendamente costosa de reparar.

Realmente, la junta en sí misma no suele ser cara, pero el proceso de sustitución es bastante complejo, ya que suele requerir que se desmonte casi por completo el bloque motor para llegar a la junta. De media, este es un proceso en el que un mecánico profesional va a echar unas 20 horas de trabajo, de ahí su alto coste.