Cambiar las pastillas de freno - Cuándo y cómo

Las pastillas de freno son un elemento vital en cualquier vehículo que incorpore un sistema de frenos de disco o de tambor. Esta pieza es la que se encarga de contactar con la superficie para hacer que el coche frene por acción del rozamiento.

Pero las pastillas no son ni mucho menos eternas. Su acción hace que se vayan desgastando progresivamente, algo que hay que tener siempre en cuenta para evitar problemas a la hora de circular.

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Freno de servicio

¿Cuándo hay que cambiar las pastillas?

Antes de preocuparse por lo que hay que hacer para cambiar las pastillas de freno, es importante saber identificar cuándo llega el momento de cambiar esta pieza. Hay detalles que se dejan ver con total facilidad, por lo que no cuesta nada reconocerlos.

Sin ir más lejos, cuando el vehículo en cuestión empieza a emitir un chirrido a la hora de frenar, lo que se suele esconder tras el ruido anómalo no es más que el desgaste de las pastillas. El sonido se debe a que estas se han consumido y, por lo tanto, las piezas metálicas del sistema de frenado están entrando en contacto.

Otro problema que hay que tener en cuenta es el de la cristalización de las pastillas. Esto puede deberse a un tiempo de vida de las pastillas excesivo, ya que esta pieza debe ser sustituida al cabo de un lapso de tiempo. Aquí la situación es la misma, ya que se escuchará siempre un sonido anómalo al activar el pedal del freno en el coche.

Hay que señalar que ese sonido es un indicio que debe ser considerado siempre. Si no se tiene en cuenta, el coche seguirá frenando, pero el daño en el conjunto puede ser tal que termine estropeando por completo todo el sistema de frenado.

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¿Cómo cambiar las pastillas?

Las herramientas para llevar a cabo la sustitución de las pastillas están al alcance de cualquiera. Se trata de un gato hidráulico con el que levantar el coche, una llave Allen y un destornillador que puede ser plano o de estrella dependiendo del modelo.

Para cambiar las pastillas, lo primero que se debe hacer es aflojar las tuercas que unen la rueda al vehículo y elevar el mismo por el lado por el que se va a comenzar. Posteriormente, hay que retirar las ruedas tal y como si se fuera a llevar a cabo la sustitución de las mismas. Al hacer esto, aparecerá el freno con las pastillas y el disco.

Cuando se tenga localizada la pastilla, habrá que sacar la antigua haciendo uso del destornillador o la llave Allen adecuada. Esto no debe costar demasiado, ya que las pastillas son muy accesibles y visibles. Tras sacar la antigua, basta con introducir la nueva y volver a colocar los tornillos o tuercas que necesita para quedar ajustada.

Realizando esta misma acción en las cuatro ruedas, el proceso habrá terminado. Una vez montadas las pastillas, se recomienda que se pulse a fondo el pedal del freno varias veces. Con ello se va a hacer que la presión del sistema conduzca a las pastillas al lugar exacto en el que tienen que estar para que los frenos funcionen correctamente.

Para terminar, los fabricantes de pastillas recomiendan no realizar frenados bruscos en los primeros 100 km de vida de las nuevas pastillas. Esto es necesario para alargar su vida útil y para evitar que el desgaste de éstas comience antes de lo esperado.