Verificar las pastillas de freno

El sistema de frenado de cualquier vehículo es vital para asegurar que tanto el conductor como los pasajeros dispongan siempre de las máximas medidas de seguridad para poder afrontar cualquier trayecto.

En los modelos actuales, los frenos suelen ser del tipo de disco, por lo que cuentan con una parte que se va consumiendo con el paso del tiempo y a la que hay que prestar siempre la máxima atención. Se trata de las pastillas, una pieza que vamos a conocer con más profundidad aquí.

Índice:

Pisar el freno

¿Qué son las pastillas de freno?

Los frenos de disco han demostrado ser lo más eficientes y por ello son los que se montan de forma común en la mayoría de coches, motos e incluso vehículos pesados que circulan por las carreteras de todo el mundo.

En este tipo de freno, un disco gira al unísono con la rueda en la que va montado. El disco cuenta con dos pinzas situadas en cada una de sus caras que friccionan con él cuando el conductor activa el sistema de frenado del vehículo. En estas pinzas es donde se encuentran las pastillas de freno, piezas que están destinadas a que la fricción sea la suficiente para frenar, pero que evitan que el disco se degrade rápidamente por el contacto con metales demasiado duros.

El único inconveniente de este sistema es que las pastillas se van agotando con el uso. Esto hace necesaria su sustitución, pero también que el conductor tenga presente su estado para poder llevar a cabo el cambio antes de que sea un riesgo para la marcha.

No hay que olvidar que unas pastillas en mal estado disminuirán la capacidad para frenar, dañarán el conjunto de los frenos e incluso pueden generar averías peligrosas y de difícil arreglo, así que vamos a ver cómo se tienen que revisar las pastillas.

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¿Cómo saber que las pastillas están en mal estado?

La forma más adecuada de conocer el estado de las pastillas no es otra que echándoles un ojo. La inspección visual revelará rápidamente si las pastillas se pueden seguir usando o si su cambio se hace necesario. Eso sí, para verlas es necesario desmontar la rueda, ya que de lo contrario solo se verá la pastilla delantera y no la trasera pudiéndose darse el caso de que ambas se degraden de forma diferente. En la revisión visual, habrá que comprobar que sigue habiendo ferodo. De lo contrario, si se ve el metal que soporta la pastilla, el cambio será necesario.

Pero esta no es la única forma de saber que las pastillas están llegando al final de su vida útil. Hay modelos que incorporan una pieza de metal que hace ruido cuando la pastilla está desapareciendo. De esta forma, si cuando se activa el sistema de frenado del vehículo se escucha un sonido metálico que antes no aparecía, habrá que acudir a un taller para llevar a cabo el cambio de las pastillas.

Otras pistas que deben alertar de la necesidad de cambiar las pastillas son el tacto blando en el pedal del freno o el aumento de la distancia de frenado sin otra causa razonable.

Con todo, no hay que olvidar que las pastillas se desgastan con los kilómetros, pero que también se pueden cristalizar y perder propiedades sin llegar a desgastarse por otros motivos. Su revisión y el conocimiento de su estado es siempre una tarea de mantenimiento de vital importancia.