Descubre en qué circunstancias se usa el freno de servicio

Los frenos son componentes fundamentales del vehículo en cualquier modelo que se precie. Su misión no es otra que la de dar la posibilidad al conductor de reducir la velocidad cuando así lo crea necesario, por lo que hay que saber diferenciar las diferentes partes de las que se compone el sistema de frenado.

Posiblemente, el más importante de todos sea el freno de servicio. Éste, que comúnmente se llama freno de pie, en comparación con el freno de mano, es el que se activa a través del pedal que los conductores tienen en el lado derecho y, por lo tanto, es el que se debe utilizar durante la marcha.

Resumen:

Freno de servicio

¿Cómo funciona el freno de servicio?

Cuando un conductor acciona el pedal del freno, el coche comienza a reducir su velocidad debido a la acción del sistema. Pero, ¿cómo se consigue esto? En la mayoría de los vehículos, el pedal es el activador de un circuito hidráulico que envía la fuerza de frenado directamente a las zapatas que hay en cada una de las ruedas.

El interior del circuito está lleno de líquido de frenos, un componente esencial para todo el sistema que hay que controlar, tanto en niveles como en composición, para que los frenos sigan funcionando correctamente y no terminen fallando en el momento más inoportuno.

También es importante comprender que el pedal del freno está unido a otras piezas. Antes mencionamos las zapatas o pastillas de freno, pero éstas se tienen que acompañar de otros elementos, como el tambor o los discos, dependiendo del sistema de frenos que emplee un modelo de coche concreto.

Con todo, lo que debe quedar claro es que el freno de servicio es el que se activa a través del pedal y que está presente en turismos, camiones, autobuses o cualquier otro vehículo que implemente este sistema de frenado.

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Problemas con el freno de servicio

¿Qué problemas puede presentar el freno de servicio?

No es nada extraño que los frenos, por el uso, se terminen desgastando. Esto se nota rápidamente en el pedal. Si este tiene una sensación esponjosa, si está más duro de lo normal o si, por el contrario, tiene una menor resistencia al contacto, habrá que pasar por el taller.

Los problemas del freno de servicio pueden venir por muchas razones. Puede que las pastillas se hayan desgastado o que los discos y tambores estén en mal estado. También puede suceder que el líquido de freno esté en mal estado o que el conducto tenga una fuga.

Normalmente el sistema de freno de servicio no deja de funcionar, pero sí que pierde eficacia. Esto se traduce en una mayor distancia de frenado, lo que puede traer problemas bastante serios y problemáticos. Por ello, para evitarlos, es importante revisar frecuentemente el estado del sistema.

Es más, no hay que perder de vista que el freno de servicio se revisa a conciencia en la ITV y que su mal mantenimiento puede conducir a no obtener el aprobado en la inspección técnica. Así, es importante llevar un buen mantenimiento del mismo y evitar problemas futuros.