¿Eres de esos conductores que conducen durante horas?

La fatiga a la hora de conducir puede provenir de muchos factores. Por un lado, la situación que se haya tenido antes de ponerse al volante, pero aún más importante es el tiempo que se pase conduciendo.

Como en cualquier otra tarea, mantenerse sin descanso al volante durante horas puede llevar al cansancio, a la pérdida de concentración y, en definitiva, a un descenso del rendimiento efectivo, todo esto puede llegar a ser mortal, por lo que es fundamental que se evite en la medida de lo posible.

En este artículo hablamos de la fatiga en la conducción.

Resumen:

Conductor adormilado

¿Cómo es conducir con fatiga?

Sin ninguna duda, conducir con fatiga es peligroso. Debes tener en cuenta que la fatiga actúa directamente sobre algunas de las habilidades fundamentales que debes tener durante la conducción, por lo que la merma de éstas llevará consigo el quedar expuesto a numerosas situaciones que deben evitarse en la carretera.

Por ejemplo, tus reflejos serán mucho más lentos que en condiciones normales si sientes fatiga, la capacidad de reacción disminuye. De esta forma, reaccionar ante imprevistos como un frenazo o un obstáculo en la carretera serán acciones que consuman un tiempo mayor al habitual, algo que debes tener presente cuando te pongas al volante.

Al margen de los reflejos, tu concentración y atención en la carretera disminuirán considerablemente cuando estés cansado. Esto tiene importantes peligros asociados. Los accidentes de tráfico aumentan de forma importante cuando se conduce con fatiga.

En resumen, conducir bajo los efectos de la fatiga es uno de los mayores riesgos a los que un conductor puede quedar expuesto, riesgo que, por otro lado, es muy fácil de evitar tomando una serie de precauciones.

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Factores que aumentan la fatiga al volante

Todo lo que hemos contado sobre la fatiga en el apartado anterior puede ser desencadenado o potenciado por diversos factores que siempre es importante tener en cuenta.

  • Lo primero es que la fatiga aumenta si no hacemos descansos. La DGT deja claro que se deben hacer cada dos horas y con una duración adecuada que alcance los 30 minutos. En caso contrario, la fatiga y el sueño aumentarán sin ninguna duda.
  • Por otro lado, hay factores ambientales que desencadenan una mayor fatiga al volante. Hablamos de la lluvia, la niebla, la conducción nocturna o, simplemente, conducir por un paisaje demasiado monótono que termine aletargando al conductor. En estos casos, las paradas y descansos se deben hacer con mayor frecuencia.
  • Por último, se ha demostrado también que la ansiedad y el estrés aumentan la fatiga. Es decir, esta aparecerá antes que en condiciones normales, algo que terminará siendo un riesgo para todo el que conduzca sin la menor duda.

Estrés al volante

Evitar la fatiga durante la conducción

Dicho todo lo anterior, queda claro que hay que evitar la fatiga para conseguir que la conducción sea lo más segura posible. Para ello se pueden seguir una serie de consejos y estrategias que la misma DGT ha dejado bastante claros:

  • Como ya dijimos antes, realizar paradas y descansos periódicos es fundamental para que no te entre el sueño. Éstos deben hacerse cada dos horas de conducción como máximo y deberían tener una duración nunca inferior a los 30 minutos. A ello hay que sumarle que se deben aumentar en duración y reducir su frecuencia si las condiciones de la vía no son óptimas.
  • Por otro lado, el conductor deberá ser responsable de su estado y descansar antes de ponerse al volante. También hay que evitar comidas copiosas y, por supuesto, eliminar el alcohol y el consumo de otras drogas para no sentirse más fatigado y somnoliento.